Perfochoroní
 

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El Centro de Arte y Comunicación Turagua (CACTu), invita a “borrar fronteras” entre arte y vida en el XVII Festival Perfochoroni, a celebrarse en enero 2023.

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Se trata de “borrar fronteras” un mundo desbordante de objetos, colores, sonidos, gustos, espacios, públicos, cuerpos, curiosos, dispuestos, gozosos, molestos, indiferentes, atentos …, a la naturaleza humana, que no es ajena a la naturaleza toda, de todas las especies posibles, incluso la que pueda ser hostil…, o desapruebe lo que hacemos, o preferiría que no lo hiciéramos.

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Nuestras acciones que persisten un año más, con o sin pandemia, porque no somos nada trascendente, ni eterno, ni lo seremos, ni queremos serlo, ni ser famosos, ni tener éxito, ni venderle nada a nadie, ni que voten por nosotros, ni que nos condecoren, no competimos por un premio, un aplauso, una medalla, un titulo, dinero, aunque recursos siempre son bienvenidos, en el arte de acción no se requiere tanto.

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Lo que hacemos, hemos hecho y seguiremos haciendo, son solo gestos, pequeñas y simples acciones vitales, como respirar, mirar, tocar, oír, gustar y por supuesto ver…, dejarnos ver, pero sobre todo sentir y dejar sentir, que se sientan…, los sensores en Perfochoroni.

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Tenemos años en esto y queremos seguir haciéndolo y lo haremos mientras tengamos energía. No somos genios, ni tenemos grandes talentos, ni pequeños, solo ganas de vivir, de preguntar y responder a las angustias que mueven y han movido a la especie de artistas que, como nosotros, estén dispuestos a sumergirse en las profundidades de la experiencia humana…, y a borrar, cruzar, fronteras vivas. Tender o abrir puentes entre hermanos.

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Porque todo está cambiando todo el tiempo, incluso las cosas que se consideran objetos “valiosos”, que protagonizan la atención de expertos, académicos y coleccionistas en galerías y museos, cosas que carecen totalmente de vida, que solo son reflejos de ella, que sólo son consecuencia de vida, o sea, post-vida del arte o las artes que las hacen posible por las que se pagan fortunas y se rodean de famas a las que nosotros no aspiramos, porque no queremos vivir en los depósitos, o en los cajones, o colgados en las paredes de una sala, o instalados ocupando los espacios, como fragmentos de cultura, en oficinas, recepciones…, no deseamos ser encerrados en bóvedas, ni criptas, ni mausoleos y que nos saquen a pasear o nos vigilen con sistemas de seguridad inexpugnables, ni ser tema de mercados financieros, ni expertos académicos, ni examinados con rayos equis o zetas, para ver si detrás de lo que hacemos hay algo oculto, alguna cortina o velo, aunque todos nosotros los usamos a nuestro modo, y al hacerlo así, no somos más que acciones simbólicas, metáforas de lo que somos y de lo que queremos ser. … ¿Lo cree?

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